viernes, 17 de junio de 2011

Vida de un zombie: El comienzo

omne principium est finis, del latín, todo principio, tiene un fin. Eso es irrelevante ante un humano en que ha tenido una vida llena de felicidad y que un buen día no se de cuenta y llegue a morir atropellado por un vehiculo, le haya cogido un ataque cardiovascular o usando mucho la fantasía, haya muerto siendo mordido por un zombie.



Seres que una vez fueron humanos como nosotros, en que un virus invadió sus cuerpos y se volvieron en monstruos carnívoros, que no tienen gusto en sus paladares. De aquí una gran duda.



¿Si están muertos y su celebro no tiene retención del gusto y el placer, por que muerden y comen carne humana?



Quien sabe, una vez son mordidos, las células humanas se atrofian y forman una cadena de desgarre celular ramificada como la reacción natural de oxidación de un alimento al dejarlo expuesto en contacto al aire, o simplemente dejar que se pudra como los cuerpos de los zombies.



Cuerpos putrefactos sin alma, ni sentimientos fuertes a este mundo, cuerpos vacíos a una vida triste de supervivencia. Como si todos nuestros recursos de exterminar el mundo se esfumaran de repente y volviéramos desde que éramos animales. Esto, un simple humano no lo entendería, por que necesitaría estar dentro de uno de estos cuerpos zombilizado, como yo, en estos momentos, que fui mordido por mi profesora de gimnasia en que estábamos enamorados mientras fuimos corriendo por un pacifico parque haciendo footing, un chico que iba dando “S” sin tener un rumbo fijo se acerco a la profesora y de un solo mordisco profundo en su hombro, la hizo convertir en esos monstruos carnívoros que nombraba antes, cogí el ser despreciable, le dí una patada con mis conocimientos de las artes marciales y abrace a mi amada, cuanto la veía que sangraba litros de sangre que salía del interior de su cuerpo, mi corazón vitalizado de amor se rompió en mil pedazos, una sensación desagradable en que se te nublan los ojos del dolor que sientes del momento y no dejas de pensar con el ser querido que te abandono tan de repente, mirando hacia atrás como decía la canción de Carolina de Nino Bravo, en que entre ella y yo escuchábamos de jóvenes, preocuparte cada dos por tres en que todo a tu alrededor te hace recordar a tu chica y en los buenos momentos y malos ratos en que pasasteis juntos, pensando al mismo tiempo en que hiciste mal para que pasara esto, culpándote de todo, hasta incluso que ella te diga que quiera morir entre tus brazos, tu no quieres que pase esto.



Pero este dolor acabaría rápido, esa zombie me mordería la yugular y de un solo mordisco me uniría a ellos, volvería a ser feliz al poder estar de nuevo con mi amor en un paraíso, en que pudiéramos hacer lo que mas quisiéramos sin que nadie más nos molestara.